Heladería Casa Mira

Unos burros cargados de turrón partieron a finales del siglo XIX de Jijona (Alicante) camino de Málaga. La expedición la conducía Severino Mira. Fue el primer paso de un negocio que con el discurrir del tiempo se convertiría en un referente para los malagueños. Tal fue el éxito de ese viaje que Severino Mira no dudó en volver a Málaga para abrir un pequeño comercio en la calle Nueva. Así nació Casa Mira. El establecimiento fue prosperando poco a poco con el trabajo de Severino y de sus hijos: Liborio, Teresa, Alejandro y Prudente. Esta familia mantuvo la tradición de centenares de jijonencos que habían hecho de la elaboración y venta de helados su forma de ganarse el sustento.

En esos primeros años, para la conservación de los productos, se usaba nieve que se traía de la Serranía de Ronda. Entonces no había otra forma para la fabricación de los helados. Posteriormente, cuando la empresa contó ya con electricidad y hubo un avance de la tecnología, se dejaron de lado las fresqueras y las barras de hielo para utilizar compresores. Ese salto adelante favoreció el incremento de la producción y una mejor preservación de los helados.
En la publicidad de la época, el negocio se anunciaba como Horchatería Valenciana y se decía que Casa Mira era el establecimiento preferido por las familias malagueñas. Las especialidades que aparecían en su carta eran el turrón de Jijona, el mantecado, la chufa granizada y líquida y el bombón helado ‘Skimaix París’. El número de teléfono del local era el 163.
El estallido de la guerra civil obligó a la familia Mira a marcharse de Málaga. Se trasladaron a su Jijona natal, donde permanecieron hasta que acabó la contienda. Durante los meses que la guerra se desarrolló en Málaga, el despacho de helados de la calle Nueva tuvo un uso bien distinto: se convirtió en sede de la CNT.
Tras la guerra volvió a abrirse Casa Mira. Eran años difíciles por la escasez de productos y materias primas para la preparación de turrón y helados. Para paliar en parte esa carencia se compraba leche en polvo americana de contrabando y se recurría al azúcar de estraperlo y a cartillas de racionamiento que estaban trucadas.
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Casa Mira Málaga
Apertura de otro local
Casa Mira se afianzó con la apertura de un segundo local: el de la calle Larios. Corría el año 1943. El establecimiento se situó junto a la papelería Imperio, casi frente al hoy hotel Larios. Años después, el negocio se trasladó a su actual emplazamiento de la calle Larios. La empresa se amplió con la tercera generación de esta saga de heladeros. De ello se encargaron los nietos del fundador: Liborio, María y Prudente. Así, se abrieron tres sucursales. Una en la plaza de Pío XII (Carranque) en 1968, otra en Compás de la Victoria en 1975 y la tercera en el Paseo de Sancha en 1989 (ya cerrada).
Los empleados de Casa Mira, hasta los años sesenta del pasado siglo, venían a trabajar a Málaga desde Jijona. Se alojaban en el edificio de la heladería. La comida la preparaba una cocinera propia con productos típicamente alicantinos. Los trabajadores cobraban su sueldo a diario. Se les daba, asimismo, tabaco y vino de la antigua taberna de la calle Cinco Bolas.
Por Casa Mira han pasado infinidad de personas famosas. Entre ellas, Eva Perón, a la que le gustaban especialmente los productos preparados en esta heladería, que se nutre de turrones de Jijona.
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Fuente: Diario SUR