La Quema de conventos de 1931

La proclamación de la II República vino acompañada, un mes más tarde, el 11 de mayo de 1931, de unos acontecimientos gravísimos que confirmaron la tendencia a la fuerte conflictividad social observada al final de la Dictadura de Primo de Rivera.

Palacio Episcopal en ruinas
Patio del Palacio Episcopal
Iglesia de Santiago de Malaga


Los precedentes

Los precedentes de la quema de los conventos hay que buscarlos en la adopción de posturas anticlericales en las organizaciones políticas y sociales republicanas y obreras durante la época de la Restauración, agudizadas si cabe durante la Dictadura. Por su parte, la Iglesia se había identificado cada vez más con los sectores conservadores y con la Monarquía, salvo algunos grupos minoritarios que intentaron un acercamiento a las clases populares. Durante la campaña electoral de las municipales de abril, la identificación ideológica y política entre las candidaturas monárquicas y la defensa de la religión católica se acentua, contribuyendo así a que la cuestión religiosa pasara a un primer plano de la vida política malagueña. La presencia, desde 1929, del Partido Republicano Radical Socialista, fuertemente anticlerical y laicista, contribuyó asímismo a radicalizar el debate en torno a la cuestión religiosa. El tránsito a la República estuvo dominado en Málaga por un clima de radicalismo debido a la fuerte conflictividad social y a la crisis económica, cuyos primeros síntomas aparecieron antes de la llegada del nuevo régimen. De hecho, ya en 1930 hubo un intento de incendio del Palacio del Obispo. El mismo día 14 de Abril se asaltó “La Unión Mercantil” y se arrojó al agua la estatua de Larios; al día siguiente se intentó sin éxito asaltar la Residencia de los Jesuitas y el Seminario.

Iglesia de San Agustin
Iglesia de San Juan en Malaga

El estallido
La pastoral promonórquica del Cardenal Segura del 2 de mayo de 1931, y los sucesos del 10 de mayo en Madrid, provocaron el estallido anticlerical de Málaga al día siguiente. Las masas se lanzaron a la calle ese mismo día por la noche, siendo contenidas de momento por la presencia de los políticos republicanos como el presidente de la Diputación y gobernador civil interino, Enrique Mapelli (el titular, Antonio Jaén Morente se encontraba en Madrid), Domingo del Río, Pedro Armasa Briales, Pedro Gómez Chaix, etc. Poco después, esto no sería suficiente, y comenzaron los asaltos. El primer edificio en sufrir la furia destructora de la multitud fue la residencia de los jesuitas. Entonces se produjo el incidente decisivo de las jornadas: Mapelli ordenó la salida de la Guardia Civil para garantizar el trabajo de los bomberos, y el Gobernador Militar, Gómez Caminero, contradijo la orden y retiró la fuerza. Desde ese momento la situación en la calle quedó incontrolada y Mapelli resignó el mando en la autoridad militar. Fue asaltado el Palacio del Obispo, y su titular, Manuel González García, escapó de milagro por calle Fresca ayudado por el abogado Alejandro Conde y el socialista Antonio Abolafio. Los asaltos, saqueos, incendios y destrucciones se prolongaron durante la madrugada y todo el día 12. Jaén Morente llegó a las 7 de Madrid y pistola en mano se enfrentó a los asaltantes sin mucha eficacia. A las 12 se declaraba el estado de guerra en la ciudad, pero ni siquiera estas medidas frenaron a los saqueadores. Se pidieron refuerzos a Ronda y Melilla, y se constituyó una Guardia Cívica con militantes republicanos y socialistas, y la CNT publicó un manifiesto pacificador.

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Daños y responsabilidades políticas
El día 13 la ciudad recobraba la paz. Un total de 41 edificios religiosos se vieron afectados, hubo 150 heridos en los enfrentamientos con la fuerza pública y más de 100 detenciones.El patrimonio artístico y documental de la Iglesia sufrió pérdidas irreparables.

En la polémica sobre las responsabilidades, Gómez Caminero se justificó diciendo que decidió retirar a la Guardia Civil para impedir mayores males. El Ayuntamiento, dominado por el grupo Radical-Socialista, señaló como causantes a los “exaltados” y a la “gente maleante y logrera”. Jaén Morente presentó su dimisión. Hasta el 9 de Junio no se levantó el estado de guerra en la ciudad, sin embargo la provincia se había mantenido completamente ajena a los sucesos

Los sucesos de 1931 fueron determinantes para restar apoyos al régimen republicano en el mismo momento que nacía en España. Con ello, parecían confirmarse las profecías electorales de los monárquicos, en el sentido de que la República sería el régimen del caos y la anarquía. Desgraciadamente, la débil democracia española tendría que sufrir todavía fuertes tensiones políticas y sociales.

Patio Italiano del Obispado en la quema de 1931
Sagrado Corazon en los incendios

16 comentarios en “La Quema de conventos de 1931

  1. Lo que nadie tiene aquí en cuenta es que mi tíaabuela y mi abuela tenían que esconder los crucifijos de la casa para que no se las llevasen de “paseo”, la Republica, de haber tenido la situación mejor controlada, no habría sido mala. Lo fueros las masas desbocadas de chusma sedienta de vénganza y odio a las demás clases y al clero. Nada justifica el destrozo del patrimonio y la guerra civil no salió, como ahora quieren relatar en discurso oficial, de una situación idílica reventada por un loco. La situación ya era, ciertamente, de guerra, con asesinato incluido del jefe de la oposición. El ejército no aguantó y se lió lo que todos hemos sabido. La historia es la que es, y no se puede tergiversar porque no es un lienzo en el que pintar

  2. Esos criminales y asesino y destrozadores del patrimonio de todos, despues fueron enjuiciado y logicamente ajusticiado, hoy las izquierdas los consideran heroes. Desde cuando es un heroe un ajusticiado por la justiciadespies de un juicio por cometer crimenes???

  3. Muchas gracias por el articulo. Siendo estranjero (francés), en los medias solo solía oir hablar de los crimenes del bando nacionalista. Solo desde un par de anos empiezo a entender que los crímenes republicanos fueron masicos, sistematicos y mucho mas amplios.
    Por muchos aspectos se parecen a los de la revolucion francésa, cuando generales respublicanos escribian al parlamento francés, explicando que en Bretaña y Vendée habian «aplastadoba les mujeres y los niños bajo les pies de sus caballos, conforme con las ordenes.» (general Kellerman, cuyo apellido hoy dia sigue apuntado en la Arca de Triumfo de París).

  4. De una iglesia es totalmente lógico y normal que aparezcan cuerpos de adultos, de niños, jóvenes y de todas las edades: hasta la R.C. de 1787 que lo prohibió, todos los entierros se hacían en iglesias. Y aún después de prohibirse se mantuvo esta insana costumbre durante mucho tiempo.
    Por cierto, en el Cortijo de Jurado ni han aparecido muertos ni nada que se le parezca. A ver si aprendemos a diferenciar la historia y la ciencia, de la ciencia ficción paranormal tipo «Cuarto Milenio» a la que mcuhos parecen tenerle bastante aprecio.

  5. yo pá que voy a decir ná cuando se han dado estos increibles argumentos , para seguir viendo las cosas de esta manera tan increible , en vez de tener una visión objetiva y dejarse de estupideces de » cabellos rizados y ribitos » que manera de confundir el tocino con la velocidad

  6. La foto de la iglesia de Santiago, estupenda. Dato histórico: mi auelo era maestro albañil ya en ese tiempo, no voy a especificar su ideología política (ahora sería fácilmente tachado de anarquista), y fue él quien dio la cara para que los milicianos no llegaran a prender fuego a esta iglesia. Mi mami nació en el 23, ajustar cuentas, con esa edad fue testigo de primera ya que estuvo dentro de Santiago en esos momentos, y lo recordaba todo perfecta y muy vívidamente. Así que, Santiago fue una de las pocas iglesias que no ardió en Málaga.
    Pr otra parte, es opinión personal: creo que voy comprendiendo el porqué de tanto «descontrol» de masas. No sé, pero por ejemplo están los hechos conocidos como «la semana trágica de Barcelona», allá por 1.909, en que se supo que agentes policiales infiltrados entre la población enardecieron adecuadamente a ésta, después, bastaba con echarles de nuevo a la gente los cuerpos represivos.
    ¿Nadie se acuerda de la carga policial -hay quien dice que fueron los militares?- que se hizo allá por 1.917 contra las trbajadoras de la Industria Textil Malagueña? Los manifestantes eran todas mujeres, algunas con hijos pequeños en sus brazos, que se quejaban porque habían subido el pan. Una hermana de mi abuelo materno estaba entre ellas, y no cayó muerta por uno de los balazos por estar entre las últimas.
    Otra cosa: poco antes del estallido del 18 de julio del 36, mi abuelo materno dijo a mi mami y a una hermana más pequeña que fueran a ver unos cuerpos «momificados»? en la iglesia de San Agustín, que los habían sacado y expuesto al público los milicianos. Entre estos cuerpos había el de una niña no mayor de unos dos añitos, vestido de persona pudiente, aun tenía los cabellos rizados y rubitos. El vestidito estaba todo lleno de sangre seca y en su cráneo había incrustado un grueso y largo clavo. Que alguien me explique qué es esto… ¿Podría tener relación con esos cuerpos de muchachas encontradas en unos túneles en un conocido Cortijo de las cercanías de Málaga, perteneciente durante un tiempo a los Heredia? Éstos y los Larios han sido durante mucho tiempo de las familias «más influyentes y pudientes» en Málaga, apesar de que por lo poco que he leído de ellos, vinieron de allende los Despeñaperros con una mano por delante y otra por detrás, y, oye, se hicieron ricos en un pís-pás y hasta consiguieron títulos nobiliarios.

  7. don Jose de la Riva Aguero y Osma, notable intelectual peruano, autor de muy valiosas obras ypseedor de uan vastisima bibliotec y archivo historicc, se nego a ver a Antonio Jaen uando fue Misnistro de España en el Peru, no solo por su desatinado discurso en su presntacion de credenciales ante el Presidente de la Republica, sino porser «mason y quemador de conventos» Eso parece en sus cartas a su amigo español don Miguel Lasso de la Vega y Lopez de Tejada. En todo caso, esa admiracion de do don Antonio Jaen por la iglesia de la Compañia de Quito, por Cajamrca y Ayacucho, ciudades de iglesias hasta ahora no incendiadas no se condice con su ferviente adhesion a la Republica y la Masoneria, sin espiritu critico alguno.

  8. Esta parte de la historia la sabe poca gente,. Para muchas personas la historia «reciente» de España empieza con la guerra civil, olvidandose de lo que pasó unos años antes. Cuando se habla de memoria historia se piensa en las atrocidades que hizo Franco,(que las hizo y por ello es un asecino), pero se olvida las atrocidades que hicieron los comunistas y republicanos

    • SE TE HA OLVIDADO DECIR «pero se olvidanlas atrocidades que hicieron los comunistas y republicanos» y POR ESOS TAMBIEN FUERON UNOS ASESINOS, aunquie ellos empezaron antres es decir provocaron osi te dan un guantazo ponen la otra mejilla?

  9. Cada parte (los que están a favor y los que están en contra del levantamiento de 1936) debería reconocer que hubo un exceso de radicalismo y actos violentos en España por ambos bandos, pues así ocurrió y está más que documentado, y que fue el detonante para la Guerra Civil. No hay buenos y malos. Es parte de nuestra Historia, y ahora ¿nos queremos enfrentar de nuevo?.

  10. Este artículo no está mal, sin embargo carece de severidad crítica y flota en el transfondo cierto aire de apología o justificación. Lo que ocurrió fue una salvajada sin paliativos, un atentado atroz contra el patrimonio artístico y un atropello intolerable contra las libertades religiosas (el clero tambien era ciudadanía y gozaba de los mismos derechos). Hay que reconsiderar los términos y dejar de llamar «incidentes» a lo que fueron atentados en toda regla. ¿O acaso hoy en día la simple quema de un cajero automático o un autobús no se denomina así? Por último, las excusas de la época, reiteradas hasta la actualidad sobre «maleantes» mueven a la hilaridad sino a la indignación. Desde cuándo los «maleantes» se dedican a estos menesteres. Si el clero, en su ejercicio de libertad de expresión, pudo molestar a los sectores republicanos no hacía más que expresar su postura y éstos debían aguantar y replicar con la palabra. La respuesta desmedida, intimidatoria y violenta no se explica de ninguna de las maneras más que como terrorismo. Que cada palo aguante su vela.

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